sábado, 5 de marzo de 2011

Octubre - Audrey

Querido mío,

Te escribo estas letras sentada en nuestro rincón, ese que tanto te gusta cerca del estanque. Los árboles ya comienzan a marchitarse, las flores de temporada dan paso a las flores silvestres del otoño, todo va cambiando, pero sabes? Me gusta esta época, como todo cambia de color, el frío va adueñándose de la naturaleza; la lluvia mojando los caminos, el paseo por donde me susurrabas en nuestras largas tardes de verano, por donde te añoro cada segundo de mis días. Por un momento, pensé ayer cuando pasé por la plaza de la iglesia, que hasta sus piedras se habían dado cuenta que ya no estabas, que ya no se oye mi risa, ni tu pisar fuerte, sino que vago sola en mis pensamientos, acompañada de mi pequeña libretita de notas y mi pluma de plata, esa que compramos en el anticuario y que tanta ilusión me hizo.

He retomado mis clases de chelo, dice Annie que toco como nunca, que el chelo suena como si hablara por mí, yo le miro con buenos ojos y sonrío levemente; sabe que ya no estás, que puede que no vuelvas nunca más, y que por eso, mi chelo suena como nunca, porque ahora es cuando realmente, habla mi alma por medio de él. Es verdad, tengo que reconocer que suena genial, puede que toque en el festival de invierno, ese del que te hablé, que se hace antes de Navidad, pero no sé si todavía es pronto para saber si será verdad.

Espero que tus días sean amenos, ligeros, que no pases frío, que tus noches sean cortas y tu alma esté serena.

Siempre tuya,
Audrey

No hay comentarios:

Publicar un comentario